Hace unos días nos despertábamos con la noticia de que ya era posible adquirir un iPad en nuestros establecimientos habituales. Interminables colas de personas se agolpaban en los grandes almacenes para ser los primeros en hacerse con unos de estos objetos que, para el común de los mortales, sigue siendo de lujo.
He tenido, como representante de la biblioteca, la posibilidad de trastear uno y la verdad es que me parece una herramienta fabulosa. Creo que tiene una potencialidad y usabilidad para trabajar en el aula y fuera de ella increíble. Espero que las nuevas generaciones de nativ@s digitales rentabilicen esta herramienta con el uso educativo que merecen y la no usen como un medio de entretenimiento como hasta el momento, hace la mayoría de l@s inmigrantes digitales con las TICs.
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